El proyecto que busca recuperar la captura de corvina en Perú mediante los principios de la pesca sostenible. Cómo surgió la idea y cómo se organizó el programa con el propósito de continuar el oficio pesquero y conservar a la especie en las costas del Pacífico.
¿Es posible un tipo de pesca sostenible que sea rentable para los trabajadores artesanales y, a su vez, cuide una especie de un inminente peligro de extinción?
Esta fue la cuestión que movilizó a un grupo de pescadores artesanales en Perú. La Asociación de Pescadores Artesanales No Embarcados y Protectores del Medio Ambiente Marino del Puerto Ilo, también conocida como APANEPAM, tuvo una idea.
Con el fin de cuidar a una especie sometida a la sobre explotación y, a su vez y en el mismo sentido, no perder sus fuentes de ingreso comenzaron el Proyecto Corvina.
Fue en el año 2020 que empezaron a observar que la cantidad cuantitativa de especímenes en el mar estaba a la baja. Ya que se trataba de la variedad principal de su comercio, el equipo de APANEPAM dio inicio a conversaciones para evaluar alternativas.

El consenso unívoco fue evitar que la corvina desapareciera de la región. Así surgió la necesidad de crear una nueva forma de pesca sostenible para lograrlo. La misma debía ser eficiente pero también estar al alcance de sus posibilidades.
La metodología elegida se llama acuicultura y consiste en generar espacios accesibles al control humano en el que los animales puedan vivir y reproducirse fuera de peligro. A su vez, los reductos respetan sus condiciones de vida y no perjudican su bienestar.
En esta ocasión se recurrió a la instalación de jaulas que flotan en el medio del mar. En paralelo, se ubicaron pozas en áreas terrestres cercanas.
En cada uno de estos sitios las corvinas crecen y realizan su ciclo reproductivo. Mientras tanto, son alimentadas por los cuidadores que realizan un seguimiento de su evolución en cada una de las etapas de sus vidas.
A lo largo del tiempo, las características de las costas han cambiado y, por ejemplo, en el presente, se detectan cada vez más altos índices de contaminación. Por esta misma razón, los ecosistemas y las cadenas alimenticias se han alterado.
Contra esta realidad es muy difícil luchar y la adaptación hacia una pesca sostenible no es suficiente para rescatar a una especie como la corvina de la vulnerabilidad. Es por eso que la única posibilidad que encontraron fue montar un esquema laboral mucho más elaborado como lo es el proyecto en curso.
Consultados acerca de la originalidad de la propuesta los integrantes de la asociación saben que son un caso único en Perú. Pero, también, reflexionan respecto a la continuidad de la profesión.
La tendencia a nivel global es a adaptar la pesca sostenible dependiendo en cada situación. La acuicultura es una versión válida, pero también tiene que ver con las herramientas que ya quedaron obsoletas como las redes que arrastran organismos de forma innecesaria.
En cada historia de pescadores que buscan sostener y recuperar sus fuentes de ingresos, hay por detrás trabajo grupal y educación ambiental. No se trata de descartar una manera ancestral de ganarse la vida sino, por el contrario, de optimizar y mejorar su lógica de forma consciente y responsable.
El surgimiento del proyecto de pesca sostenible
El Proyecto Corvina por una pesca sostenible surgió en el año 2020 gracias al equipo integral conformado por APANEMPAM.
En el inicio hubo un estudio para evaluar el estado de situación del pez en la región y, desde allí, se comenzó a esbozar una idea: colocar jaulas que floten en el mar en las cuales las corvinas pueden estar a resguardo.
Para lograr el objetivo había un obstáculo inicial que era la financiación para la inversión inicial. Fue por eso que la iniciativa fue presentada al Fondo Nacional de Desarrollo Pesquero, cuya sigla es FONDEPES.
La entidad confío en los pescadores y colaboró con un punto central como lo fue la instalación de una planta para producir el alimento para los ejemplares.
Con más de cinco años de recorrido, en el presente la asociación se encuentra en búsqueda de más apoyo para continuar avanzando en sus objetivos. Sin dudas, puede ser el inicio de un trabajo inspirador para el resto de los pescadores del Perú y de toda la región.
