Lo que dicen los más recientes informes sobre el calentamiento de los océanos en todo el mundo. Las repercusiones tras el cierre de la Tercera Cumbre de los Océanos de Niza y las expectativas de cara a la próxima COP30.
El ascenso de la temperatura en los océanos es una problemática que tiene incidencia en toda la agenda climática. En especial los patrones de precipitaciones y meteorológicos se ven alterados por esta cuestión.
Ahora bien, en relación al calentamiento global, como en cada cierre de ciclos se conocieron los datos del Servicio Meteorológico Europeo conocido mundialmente como Copernicus. Al respecto el organismo procesó los relevamientos y difundió la información:
- El calor del mes de mayo fue el segundo en el ranking histórico universal
- La media global del mes fue de 15.79°C
- El récord continúa en la lista detrás de mayo 2024 y de mayo 2020
- Los océanos tocaron un pico de 20.79°C en superficie
- Las masas de agua también tuvieron su segundo puesto un paso atrás de mayo 2024
- Los indicadores más severos se verificaron en las cuencas oceánicas.

Lo real es que los efectos de las olas de calor han tomado estado público y también fueron analizadas por los científicos. Desde luego, estos episodios también estuvieron en directa relación con las corrientes cálidas marinas.
A propósito de esta situación países como Reino Unido, Dinamarca o Países Bajos vieron en primer plano las consecuencias, por ejemplo, malas cosechas y bajos rendimientos. Al respecto, la seguridad alimentaria es uno de los factores más castigados por las sequías a causa de las altas temperaturas.
Justamente por motivos del calentamiento de los océanos se están generando circunstancias que atraviesan el plano de lo teórico y llegan a lo cotidiano. Este tipo de escenarios son los que se conversaron en la Tercera Cumbre de los Océanos, también de cara a la Conferencia de las Partes próxima a celebrarse en noviembre en Brasil.
El calentamiento de los océanos en la Tercera Cumbre de los Océanos
La salud de los océanos es una gran preocupación para la comunidad científica, los foros ambientalistas y los líderes mundiales.
Buena parte de la agenda ambiental depende de la continuidad de las gestiones sobre las aguas marinas.
En este sentido la contaminación por plásticos es la principal problemática y en eso se basaron buena parte de los debates en la Tercera Cumbre de los Océanos.
Durante el evento celebrado en la ciudad de Niza, en Francia, entre otras cosas, se estableció la próxima instancia clave: en el mes de agosto en la ciudad de Ginebra, en Suiza será el momento del Tratado de plásticos.
Según los especialistas para mitigar el calentamiento de los océanos hay que atacar el foco central que es la contaminación. Sobre esto la cuestión de los plásticos se ha convertido en un punto de dolor difícil de combatir en formas locales.
Por eso se apunta a conseguir medidas globales para unificar criterios y que la fuerza sea conjunta. Así las cosas, en esta nueva cumbre se aspira a elaborar una gestión integral de la vida útil de los plásticos para descender los niveles de contaminación.
Por otra parte, el estado de situación de los océanos será uno de los principales tópicos en la Conferencia de las Partes, más conocida como COP30, del próximo noviembre. A realizarse en la ciudad de Belém do Pará, en el norte de Brasil, el evento reunirá a las más importantes personalidades de la agenda ambiental.
A juzgar por los actuales índices del calentamiento global todas estas conversaciones se encuentran en el rango de urgentes. Más aún, las proyecciones para los próximos años marcan una continuidad en la tendencia ascendente.
A todo esto, se suma el más reciente conflicto por la minería submarina. En plena carrera geopolítica por ver quién puede más, este terreno hoy es disputado entre China y Estados Unidos en medio de denuncias cruzadas por parte del ambientalismo.
También hubo países que trabajan y muy bien el tema que en Niza alzaron su voz para repudiar estas prácticas como, por ejemplo, Costa Rica, Panamá y Canadá.
Por todas estas razones, y en el actual contexto de recta final hacia el año 2030, el mundo mira las decisiones de la COP por su rol trascendental.